Trabajar después de los 55 años
Cuando se supera la barrera de los 55 años de edad, las oportunidades laborales casi desaparecen. Así se refrenda en el IX informe #TUEDADESUNTERSORO: Mayores en riesgo de exclusión, realizado por la Fundación Adecco. Estudio en el que 7 de cada 10 desempleados mayores de 55 años cree que no podrá volver a trabajar nunca.
Actualmente 560.100 personas mayores de 55 años están buscando empleo en España, un 16 % más que hace un lustro. Es una cifra muy elevada aunque este año se ha producido la tercera caída consecutiva en el número de desempleados que superan esa edad. Hablar hoy de mayores de 55 años es hablar de personas activas que, en la mayoría de los casos, tienen una amplia experiencia. Pero cuando estas personas pierden el trabajo suelen acumular periodos largos de inactividad. Concretamente casi tres cuartas partes lleva más de un año sin encontrar trabajo. Además, un 61 % de estos desempleados lleva más de 2 años en paro.
Para muchos de estos desempleados mayores de 55 años, la necesidad de encontrar un trabajo es más que apremiante. El 40 % de ellos sigue teniendo hijos económicamente dependientes y un 35 % continúa pagando hipoteca o alquiler.
El informe de la Fundación recoge cómo este grupo de población es bastante pesimista sobre la posibilidad de encontrar un empleo. El 61 % de ellos declara no haber sido llamados para una entrevista de trabajo durante el último año, a pesar de que el 56 % participa en varias ofertas de empleo semanalmente. El 90 % de los encuestados cree que la falta de oportunidades laborales se debe a su edad.
Ante esta realidad, la Fundación propone cuatro pautas básicas que pueden, aseguran, ayudar a los mayores de 55 años a encontrar un empleo lo antes posible. La primera de las recomendaciones es no esconder la edad, sino dar prioridad a las capacidades profesionales de cada uno.
Es aconsejable, también, poner en valor los logros conseguidos, logros concretos que deben aparecer en el Currículum o en la entrevista de trabajo. Y es importante reciclarse, porque nunca es tarde para añadir formaciones y conocimientos nuevos a la trayectoria profesional.
Por último, hay que cuidar la autoestima, reconvertir los pensamientos negativos en positivos, sin descuidar las aficiones como parte importante de lo que cada uno es como persona.