Cómo evitar el empobrecimiento de los pensionistas a medio y largo plazo
Mucho se está hablando, y se hablará de pensiones en los próximos meses, en nuestro país. Y algunas son las soluciones que se están aportando desde diferentes instituciones y organismos. Para la Fundación Edad & Vida, la única forma de evitar el empobrecimiento de los pensionistas a medio y largo plazo pasa por llevar a cabo reformas estructurales que hagan posible la sostenibilidad del sistema público de pensiones.
Con una proporción de dos trabajadores por cada pensionista, el constante envejecimiento de la población, un déficit de la Seguridad Social que a cierre de 2017 superaba los 18.000 millones de euros, la ‘hucha’ de las pensiones casi vacía y un mercado laboral lastrado por la precariedad del empleo y los bajos sueldos, el mantenimiento a medio y largo plazo del sistema público de pensiones depende, según Edad&Vida, “de la vigencia del Pacto de Toledo y del consenso de todos los partidos políticos”.
Desde la Fundación se cree que uno de los graves problemas es la pérdida de poder adquisitivo de los mayores de 65 años en nuestro país. Y consideran que “el o,25 % de revalorización no es suficiente para hacer frente al incremento del coste de la vida en los últimos tres años, estimado en más del 4 %”.
Problema que, si se mantiene la evolución demográfica prevista, se unirá a la previsible bajada de la tasa de sustitución, es decir, de la cuantía del primer sueldo como pensionista con respecto a la que fue la última nómina cuando estaba en activo.
Para la Fundación Edad & Vida, la reforma del sistema de pensiones en España debe orientarse hacia un sistema mixto de reparto y capitalización, manteniendo un primer pilar de reparto basado en el principio de solidaridad intergeneracional e impulsando el desarrollo del segundo de forma obligatoria o semi-obligatoria, y tercer pilar del sistema en línea con las reformas que se han llevado a cabo en muchos países de la OCDE en los últimos años.
Pero además, los expertos de la Fundación creen que parte de la solución también pasa por fomentar una cultura del ahorro entre la ciudadanía que tenga ingresos para afrontarlo. “Hay que empezar a hacerlo entre los más de ocho millones de jóvenes que hoy tienen entre 20 y 35 años para que puedan afrontar sus necesidades cuando finalicen su vida laboral”. Y también es necesario mejorar el tratamiento fiscal del ahorro a largo plazo en cualquiera de sus modalidades y fomentar el ahorro a través de la empresa, lo que facilitaría el acceso a la previsión social complementaria a un gran número de personas.
Más información en: www.edad-vida.org.