Viajar siempre es un placer
Viajar siempre es un placer. Solo o en compañía, los viajes suponen una actividad muy beneficiosa para salir de la rutina. Las personas que dedican parte de su tiempo libre a viajar, además de abrir sus mentes, regresan más optimistas y positivas. Viajar es conocer otros mundos, otras culturas y otras gentes. En definitiva, abrir nuestras emociones. Por esta razón, los maduros activos disfrutan de una vida más longeva y, por supuesto, una salud envidiable. La cuestión es: ¿es preferible viajar solo o acompañado?
Ventajas de viajar solo
Viajar solo puede llegar a ser toda una experiencia. Puedes planificar tu viaje a tu antojo, sin recibir órdenes ni adaptarte a las necesidades de otros. No hay horarios ni días de la semana. Sólo tú mismo con tu recorrido, tus gustos y tus preferencias.
Si cometes un error, como perder un vuelo o el tren o llegar tarde, no tienes que dar explicaciones a nadie.
Cuando viajamos solos, la capacidad de concentración se multiplica. Aprovechamos más el tiempo y disfrutamos de todas las cosas que pasan ante nuestros ojos.
Viajar solo desarrolla la capacidad de supervivencia, por lo que la apertura hacia otros seres humanos es más fácil. Todos necesitamos comunicarnos y viajar es una invitación a conocer otras gentes y culturas.
Ventajas de viajar acompañado
Viajar en familia, con amigos o en pareja siempre es divertido. Compartir impresiones acerca de algo o, sencillamente, la belleza de un paisaje siempre aporta momentos mágicos cuando estamos fuera del hogar.
La compañía en los viajes nos aporta seguridad y tranquilidad. El apoyo del acompañante, en un momento crítico o de estrés, siempre se agradece.
Un viaje acompañado nunca es aburrido, ya que el tiempo pasa volando.
Los viajes en compañía reducen costes y estrechan lazos entre las personas.
A todas luces, viajar solo o en compañía es todo un placer.