Aprende a prevenir el ictus
El 90 % de los ictus podría evitarse según los expertos de la Sociedad Española de Neurología, SEN. ¿Cómo? Con la prevención de los factores de riesgo y manteniendo unos hábitos de vida saludables. A pesar de que en los último 20 años la mortalidad y discapacidad por ictus ha disminuido, gracias a la mejora en la detección precoz de los síntomas y en la introducción de nuevas medidas terapéuticas, como las Unidades de Ictus, su incidencia sigue aumentando. La coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN, la doctora María Alonso de Leciñana, recuerda que el daño cerebral que produce un ictus depende del tiempo que dura ese trastorno y de la zona que se vea afectada. Por lo tanto saber identificar los síntomas para acudir cuanto antes al hospital, puede mejorar significativamente el pronóstico de esta enfermedad.
Por cada minuto en el que una persona sufre detención o disminución de la circulación de sangre en el cerebro se pierden 1,9 millones de neuronas y 14 billones de conexiones neuronales, y una hora supone un envejecimiento cerebral de 3,6 años y una pérdida de 120 millones de neuronas. De ahí que el ictus se considere siempre una urgencia médica. Ante los primeros síntomas hay que llamar al 112 y trasladar al paciente al hospital.
Cada año se contabilizan en nuestro país entre 110.000 y 120.000 casos de esta patología que es la primera causa de discapacidad adquirida en los adultos, la segunda causa de muerte entre las mujeres y la segunda causa también de demencia en España. A pesar de estas cifras, la Organización Mundial de la Salud estima que, en los próximos 25 años, su incidencia se incrementará en un 27 %.
La edad es otro factor de riesgo. La incidencia del ictus aumenta a partir de los 60-65 años: un 5% de los mayores de 65 años de nuestro país ha tenido un ictus. No obstante puede aparecer a cualquier edad: un 0,5% de todos los ictus se producen en personas menores de 20 años. Además, en los últimos 20 años ha aumentado un 25% el número de casos entre las personas de 20 a 64 años.
Entre los síntomas a tener en cuenta están la alteración brusca en el lenguaje, con dificultades para hablar o entender; la pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo; Y la alteración brusca de la visión, como pérdida de visión por un ojo, visión doble o incapacidad para apreciar objetos en algún lado de nuestro campo visual. También la pérdida de coordinación o equilibrio; y dolor de cabeza muy intenso y diferente a otros dolores de cabeza habituales, son síntomas claros.
Más información en www.sen.es.